Somos alumnos de la escuela Nª4 D.E.3 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, de Argentina.



Mostrando entradas con la etiqueta Bicentenario. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Bicentenario. Mostrar todas las entradas

miércoles, 22 de junio de 2011

Mujeres de la Revolución de nuestro país y de América: Mariquita Sánchez De Thompson


Históricamente se ha representado a esta mujer como un personaje más en la historia argentina, relegándola al hecho de haber interpretado el 14 de mayo de 1813 por vez primera en su célebre salón el Himno Nacional Argentino. Pero en realidad, Mariquita Sánchez de Thompson fue una de las primeras mujeres argentinas políticamente activas.1 Su casa de la calle Umquera, hoy calle Florida, acogió a las personalidades de la causa revolucionaria de 1810, atraídas por la hospitalidad de la dueña. Los asuntos más delicados se debatían allí, así como los temas literarios.


Era una fina cronista de los sucesos que conformaron luego la historia fundacional de Argentina como república y tenía conciencia de la proyección histórica que podían tener sus escritos. En más de una ocasión sus actitudes fueron consideradas políticamente incorrectas e incluso respondía con tácticas retóricas agudas.1

Formó parte de la Sociedad de Beneficencia, siendo una de las fundadoras, primera secretaria de la institución en 1823 y presidenta de la misma entre 1830 y 1832. A ésta se le encomendaban las escuelas y colegios de mujeres de toda la provincia de Buenos Aires. También administraba hospitales y casas de huérfanos.

Durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas vivió en el exilio en Montevideo, a pesar de la vieja amistad que existía, pues tomó partido por los opositores al régimen, entre los que estaba su hijo Juan. Esto se debe a que Mendeville, al ser cónsul de Francia, mantenía conflictos diplomáticos con Rosas. Renunció en estos tiempos a dicha Sociedad, pero luego se reincorporó y trabajó incesantemente en ella hasta entrada su vejez.



Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Mariquita_S%C3%A1nchez_de_Thompson

Cinthya Gauna, Pablo Infante y Maria Garcia

martes, 21 de junio de 2011

Remedios de Escalada

María de los Remedios de Escalada –más conocida como Remedios de Escalada (n. Buenos Aires, 20 de noviembre de 1797 - † Ídem, 3 de agosto de 1823) fue la esposa de José de San Martín y madre de Mercedita, la única hija del «Libertador».


Nació en Buenos Aires el 20 de noviembre de 1797, hija de Tomaza de la Quintana y Aoiz y de Antonio José de Escalada, en el seno de una familia de gran prestigio social y solvencia económica, criándose en un hogar que luego de la Revolución de Mayo fue centro de reuniones de los patriotas.

Tras un corto noviazgo, contrajo matrimonio el 12 de noviembre de 1812, permaneciendo en casa de su familia debido a los deberes militares del marido. La sencilla e íntima ceremonia tuvo como testigos, entre otros, a Carlos María de Alvear y a su esposa, Carmen Quintanilla.

A fines de 1814 se trasladó a Mendoza para reunirse con San Martín, que era entonces gobernador de Cuyo. Allí se incorporó a la sociedad local y colaboró en las tareas de organización del Ejército de los Andes. Fue ella quien promovió la entrega de las joyas personales, gesto en el que la acompañaron las damas mendocinas el 10 de octubre de 1815, para contribuir al equipamiento de las fuerzas.

Durante esta época, la más feliz de su vida, nació Mercedes Tomaza, su única hija y futura compañera del padre expatriado, acontecimiento que tuvo lugar el 16 de agosto de 1816.

En la Navidad del mismo año, celebrada en el hogar de los Ferrari, San Martín sugirió la idea de dotar al ejército de una bandera y Remedios, con sus amigas, la confeccionó en pocos días.

Enferma de gravedad, fue llevada a una quinta de la calle Caseros y Monasterio, donde falleció el 3 de agosto de 1823, lejos de San Martín, cuya presencia solicitó hasta su último instante, y que sólo pudo acudir meses más tarde, disponiendo la construcción de un mausoleo en mármol en el Cementerio del Norte (Recoleta) para que descansaran sus restos, junto con una lápida, en la que reza: "Aquí descansa Remedios Escalada, esposa y amiga del general San Martín." Ella pertenecía a una familia de la alta sociedad porteña.

http://es.wikipedia.org/wiki/Mar%C3%ADa_de_los_Remedios_de_Escalada



Maria García Y Cinthya Gauna

lunes, 20 de junio de 2011

Las mujeres de la Revolución: Juana Azurduy

Juana Azurduy de Padilla (Toroca, 12 de julio de 1780 - 25 de mayo de 1862) fue una patriota guerrillera del Alto Perú (actual Bolivia), que acompañó a su esposo Manuel Ascencio Padilla en el liderazgo de la Republiqueta de La Laguna en las luchas por la emancipación en el Virreinato del Río de la Plata.


Nació en el cantón de Toroca, que hoy forma parte del municipio de Ravelo, Provincia de Chayanta, Departamento de Potosí y murió en Chuquisaca el 25 de mayo de 1862.

A la muerte de su esposo asumió la comandancia de las guerrillas que conformaban la luego denominada Republiqueta de La Laguna, por lo que es honrada su memoria en la Argentina y en Bolivia. Hablaba el castellano, quechua y aymara. Se educó en el prestigioso Convento de Santa Teresa de Chuquisaca.

El año de su nacimiento la ciudad de La Paz fue sitiada por Tupaj Katari y Bartolina Sisa, alzados en armas en apoyo a Túpac Amaru. Azurduy y su esposo Padilla se sumaron a la Revolución de Chuquisaca que el 25 de mayo de 1809 destituyó al presidente de la Real Audiencia de Charcas, en la que tuvo protagonismo Juan Antonio Álvarez de Arenales. Ligados con las expediciones enviadas desde Buenos Aires, al mando primero de Antonio González Balcarce y luego de Manuel Belgrano, combatieron a los realistas defendiendo la zona comprendida entre Chuquisaca y las selvas que mediaban hacia Santa Cruz de la Sierra. Vio morir a sus cuatro hijos y combatió embarazada de su quinta hija.

Tras la derrota del Ejército del Norte en la Batalla de Huaqui el 20 de junio de 1811, los realistas al mando de José Manuel de Goyeneche recuperaron el control del Alto Perú y las propiedades de los Padilla junto con las cosechas y sus ganados fueron confiscadas, siendo apresada Juana Azurduy y sus hijos, pero Padilla logró rescatarlos refugiándose en las alturas de Tarabuco.

En 1813 Padilla y Juana Azurduy se pusieron a las órdenes de Belgrano, nuevo jefe del Ejército Auxiliar Argentino, llegando a reclutar 10.000 milicianos. Durante la Batalla de Vilcapugio, Padilla y sus milicianos debieron transportar la artillería sin participar en el combate. Juana Azurduy organizó luego el "Batallón Leales" que participó en la Batalla de Ayohuma el 9 de noviembre de 1813, que significó el retiro de los ejércitos argentinos del Alto Perú. A partir de ese momento Padilla y sus milicianos se dedicaron a realizar acciones guerrilleras contra los realistas.


Autores: Maribel Claros y Antonella Acosta.
Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Juana_Azurduy

domingo, 19 de junio de 2011

Las mujeres de la Revolución: Encarnación Ezcurra


Fuente: http://es.wikipedia.org/wiki/Encarnaci%C3%B3n_Ezcurra

Desde ese momento, como esposa, se convertiría en la más fiel seguidora política de su marido, ayudándolo en las circunstancias más difíciles. Su rol como impulsora de la Revolución de los Restauradores y presidenta de la Sociedad Popular Restauradora, mientras su marido se encontraba sobrellevando la Conquista del Desierto, le aseguró a su marido los 17 años de control después de 1835, ya que la mencionada revolución derrocó a Juan Ramón González Balcarce y la sociedad anteriormente mencionada presionó a todos los gobiernos interinos, asegurándole a Rosas el deseo público de que se hiciera efectivo su retorno al gobierno y provocó que la Junta de Representantes, la encargada de designar gobernadores, viera a su esposo como la única opción para restablecer el orden social en la provincia.




Rocio Zapata, Cristian Alfonso y Pablo Infante 7ºB

.

miércoles, 23 de junio de 2010

El Pato: Deporte Nacional


Ya en el siglo XVI se realizaban contiendas o "corridas" donde dos equipos de jinetes intentaban hacerse de un pato vivo (de allí el nombre del juego, salvo que actualmente se usa una bolla con asas), y llevarlo hasta un sitio predefinido. Las crónicas mencionan partidos con hasta 200 participantes, disputados de estancia a estancia. El animal usado para el juego solía ser entregado por un pulpero, a veces envuelto en una canasta o dentro de una bolsa de cuero con asas.


La ausencia de reglas causó que el juego fuera en ocasiones extremadamente violento. Muchos gauchos resultaron muertos durante corridas, al "rodar" su caballo o siendo atropellados por otros caballos. También se dieron casos en que, en el fragor del juego, disputas entre rivales fueron dirimidas a cuchillo. Por esos motivos, las autoridades civiles y eclesiásticas vieron el juego con desagrado. El 20 de agosto de 1790 el virrey Arredondo prohibió el juego del pato. En 1796 un edicto de la iglesia aclara que no se debe dar sepultura cristiana a quien muere jugando al pato, y en 1822 el gobierno de la provincia de Buenos Aires prohibió la práctica del juego. Dicha prohibición fue sostenida durante el gobierno de Juan Manuel de Rosas (quien, se rumoreaba, sentía especial fastidio por el juego).

Es de notar el escaso número de menciones al Pato en la literatura gauchesca.

En la década de 1930, el estanciero bonaerense Alberto del Castillo Posee se dedicó a definir y reglamentar la variante moderna del pato, que abreva del polo en ciertos aspectos, y retiene ciertas características del pato tradicional, en particular el elemento de la cinchada, y la ensilladura y estribos propios del gaucho bonaerense.
El presidente Juan Domingo Perón decretó en 1953 que el pato es el Juego Nacional de la Argentina. Esto no bastó para que el pato gane adeptos en las grandes ciudades. Los medios masivos no se ocupan del pato (como sí lo hacen con el polo). Las competencias de pato se hallan más bien acotadas al ámbito rural, muchas veces en conjunción con eventos de doma o música y baile. En Tafi del Valle por ejemplo, cada verano se celebra un torneo de pato con la concurrencia de deportistas de toda la Argentina.


Muchos observadores han aseverado que la competitividad de los polistas argentinos y de sus caballos tiene su origen en la tradición del pato en la provincia de Buenos Aires.

El Pato moderno tiene parecidos con el Polo.